Nuestra historia

En 2004, Medellín vivió un auge ambiental que impulsó el reciclaje, aunque con limitaciones en infraestructura. Desde la alcaldía se promovió una identidad gráfica centrada en el reciclaje, lo que motivó la participación del diseño industrial. Al mismo tiempo, universidades como la Pedagógica de Boyacá y la UPB desarrollaron proyectos sobre gestión de residuos y mobiliario urbano.

Se conformaron equipos multidisciplinarios para explorar oportunidades en edificios corporativos, centros comerciales y oficinas de alto nivel. Con un crecimiento orgánico, la iniciativa se expandió desde Medellín hacia las principales ciudades de Colombia.

Con el apoyo de la Cámara de Comercio de Medellín, se inició un programa de internacionalización en Panamá, Perú, Chile, Brasil y Estados Unidos. Durante este proceso, se identificó la ausencia de mobiliario adecuado para el reciclaje en estos países, lo que contrastaba con la vanguardia que tenía Colombia en ese momento.

La expansión en Colombia fue acelerada. Se establecieron alianzas con clínicas, universidades y empresas del sector alimenticio, permitiendo un aprendizaje mutuo sobre el manejo de materiales y los hábitos de reciclaje de los usuarios.

Se incorporaron sistemas electrónicos, sensores y la tendencia de las Reverse Vending Machines para desarrollar los ecobots. Junto a Unilever, Postobón, Coca-Cola, Nequi y TransMilenio, se lograron captar más de 200 toneladas de residuos, incentivando a los usuarios con premios por su participación.

Se iniciaron proyectos con entidades gubernamentales, incluyendo Aerocivil, para la instalación de canecas de reciclaje en todos los aeropuertos de Colombia. En esta etapa, se innovó con materiales como el concreto UHCP.

El Aeropuerto El Dorado fue equipado con puntos ecológicos diseñados con materiales de alta calidad. Se implementaron sistemas que reconocen envases y empaques mediante códigos de barras, mejorando la educación en la separación de residuos desde la fuente.

Se desarrolló Hilo, un sistema basado en códigos QR y una aplicación que permite rastrear los residuos desde su origen hasta su transformación. Este proyecto impactó positivamente a municipios y organizaciones de recicladores en Santa Marta, Villa de Leyva, Bogotá, Concordia y Medellín.

Aprovechando la visibilidad de la legislación colombiana en gestión de residuos en Latinoamérica, se abrieron operaciones en México, con proyectos en el sector hotelero en Quintana Roo, Ciudad de México y Monterrey. La iniciativa fue bien recibida por su enfoque en diseño colombiano, nuevas interfaces gráficas y la calidez del pueblo mexicano.

Actualmente, la iniciativa se ha consolidado en tres ejes principales: trazabilidad, tecnología y diseño. Se han fortalecido alianzas estratégicas con Estra para complementar el portafolio con una línea de productos premium. Además, se han iniciado incursiones en reciclaje domiciliario y se han establecido relaciones con aliados en Brasil, España e Italia para seguir expandiendo el impacto global.